Roberto Macías y su caso es también sobrecogedor: ex administrativo en la sede de la federación andaluza de UGT Andalucía, cuando comenzó la investigación sobre los desmanes de sus directivos con el dinero de la Federación, fue llamado a declarar por la Justicia, colaboró aportando lo que conocía y… como consecuencia de ello, fue después acusado por colaborar con la Justicia.
Por colaborar con la Justicia, empezó la tortura contra él.
Le acusaron en base a una carpeta con más de 22.000 documentos que, supuestamente y…. curiosamente apareció en el ordenador de Roberto. Pero todo ocurrió cuando Roberto ya no trabajaba allí.
Macias reconoce que conocía la corrupción que existía dentro de UGT, es más, asegura que “todos tenían conocimiento de lo que se estaba cocinando”, pero sin embargo, la víctima ha terminado siendo sólo él. “Fue un aviso a navegantes”. “Había un ERE y la gente estaba siendo despedida. “Me tomaron como cabeza de turco para que nadie hablase, como ejemplo”, reconoce Roberto. ¿Y por qué él? “Yo no tenía padrino, no conocía a nadie que me respaldase, conseguí el trabajo por currículo, no por influencia”. Esos son los motivos de su calvario.
De los documentos supuestamente aparecidos en su ordenador cuando él ya no trabajaba allí, surgió la investigación de la llamada trama gastronómica. Los otros placeres que se daba la cúpula de UGT y de los desmanes que llevaban a cabo con los dineros que llegaban al sindicato para los cursos de formación.
¿Qué le ocurrió a Roberto? La UGT, en represalia por su declaración como testigo y por su colaboración con la Justicia le presentó una querella por revelación de secretos. Actualmente Roberto se enfrenta a un juicio en el que le piden 60,000 euros de indemnización por unos presuntos daños morales y una posible pena de cuatro años de cárcel.
Roberto Macías está siendo perseguido, está necesitado de ayuda psicológica, no consigue un nuevo puesto de trabajo y hasta tal grado es la persecución llevada a cabo por la UGT Andalucía, que cuando la plataforma Hazte Oír hizo una campaña de apoyo para Roberto, desde la cuenta de UGT Andalucía se iba bloqueando, uno a uno, a todos los que aparecían como firmantes.
“Ya no tengo nada que ocultar ni que temer. He perdido mi trabajo, mi patrimonio, casi la salud, pero no voy a dejar que destruyan mi vida ni que pongan en riesgo a mi familia. Llevo tres años soportando el acoso de la UGT”.
Esto es lo que decía Roberto Macías en su carta a Hazte Oír, solicitando su ayuda.
El de Roberto Macías parece un caso claro de tortura.
En esta ocasión por haberse prestado a colaborar con la Justicia. Es lo que ocurre en España a quien se atreve a decir la verdad.
Una consecuencia más de la falta de legislación en la protección a los denunciantes de corrupción.
HazteOir apoya este jueves una concentración en Sevilla en defensa de Macias
https://diario16.com/roberto-macias-una-victima-sistema-desampara-alertadores-corrupcion/
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