Ángela González… la historia de una buena noticia «a medias«. Y sobre todo, la historia de una tortura de años por parte de la Justicia: primero no haciendo caso a sus denuncias de malos tratos por parte de su exmarido, que terminaría asesinando a su hija y después, malos tratos al evitar entrar en las denuncias por ellas presentadas ante el mal funcionamiento de la Justicia.
Un ejemplo del corporativismo feroz que existe entre los Jueces y los funcionarios adscritos a la Justicia.
A Ángela finalmente y después de una lucha de muchos años, le van a indemnizar con 600.000 Euros. Pero… ¿quien le devuelve a su hija? ¿quien le devuelve los años que ha dedicado a pleitear porque le dieran la razón? Y… no perdamos de vista que en España no le dieron la razón. Tuvo que irse hasta la ONU para lograr que allí se la dieran. Sin lugar a dudas, una valiente. Nuestra enhorabuena para Ángela.
Sin embargo… ¿qué pasa con aquellos que se negaron en 47 ocasiones a darle la razón y al final fueron testigos de cómo el padre mataba a su propia hija? Siguen en sus casas y en sus carreras con total impunidad. Tras haberle hecho pasar una verdadera y auténtica tortura a Ángela González. Y… como veremos más adelante en este mismo post, no sólo hicieron todo lo que pudieron para evitar reconocer el error cometido por un Juez. Para mayor gravedad.. cuando ella regresó con un Dictamen de Naciones Unidas en el que se establecía que la Administración debía indemnizarla… se volvieron a negar. Nada para Ángela. ¡Protejamos a nuestro compañero!
Finalmente, Ángela González, la mujer cuya expareja asesinó a su hija hace 15 años, será indemnizada con 600.000 euros por daños morales, según ha dictado este viernes la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo.
El hombre mató a la hija común, Andrea, de siete años, en 2003 durante una de las visitas no vigiladas que estableció un juzgado de Madrid tras su separación, después de que la mujer le hubiera denunciado en 47 ocasiones por malos tratos y otras causas.
Tras matar a la menor, el hombre se suicidó. La madre agotó todas las vías judiciales en España para reclamar una indemnización y, como no atendieron su demanda, acudió a la ONU. Finalmente en la ONU sí le dieron la razón. Ahora el Supremo obliga al Estado a cumplir esa resolución de Naciones Unidas.
Todo parece indicar que nos enfrentamos ante un nuevo caso de tortura, tal y como la define el derecho internacional y su jurisprudencia.
https://elpais.com/politica/2018/07/20/actualidad/1532082323_817893.html
Pero, por favor, no dejen de leer… lo más sangrante del caso, es que los Jueces, aún habiendo ganado ella ante Naciones Unidas, se negaron a reconocerle una indemnización.
Había ganado ante el Comite de Naciones Unidas para la eliminación de Discriminación contra la Mujer. Ese mismo Organismo había dictado un Dictamen, marcando que la Administración debía indemnizar. Los Jueces se lo pasaron por el forro, con completa y total impunidad. Se negaron a hacer caso al Dictamen.
Si no hubiera sido por la fuerza personal de Ángela, su valentía y su inagotable deseo de que se hiciera Justicia a su hija y a ella misma… nada habría logrado. Los Jueces decidieron de manera insistente, mirar hacia otro lado ante los errores cometidos por uno de sus compañeros.
También es esencial poner de relieve el apoyo de sus abogadas, pertenecientes a Women’s link worldwide, una organización internacional sin ánimo de lucro que usa el poder del derecho para promover un cambio social que favorezca los derechos de las mujeres y las niñas, en especial, de aquellas que enfrentan múltiples inequidades.
No es nada fácil para alguien a quien una desgracia como la sufrida por ella, seguir luchando durante años. Intentar acudir a Organismos Internacionales y lograr que alguien te haga caso.
Es todo un ejemplo palmario de tortura, malos tratos, trato cruel, inhumano y degradante hacia una ciudadana española que venía a denunciar el mal funcionamiento de la Justicia.
https://elpais.com/politica/2015/02/26/actualidad/1424956597_556708.html