Todos los años en Huelva, cuando llega el momento de la recogida de la fresa, acuden de diferentes puntos multitud de personas interesadas en el trabajo temporal que la recolecta ofrece. Muchas de estas personas son mujeres y vienen de Marruecos. Las llamadas temporeras. La mayoría de ellas casadas y madres de familia, que obtienen el permiso temporal de trabajo con más facilidad al demostrar con su condición de esposas y madres, su arraigo personal en el país de origen.
Lo que no imaginan es lo que les espera a algunas al llegar.
El caso que les vamos a contar en este artículo no es exclusivo de España. No sólo ocurre en España, También ocurre en otros países con las trabajadoras y trabajadores de temporada en el campo. Un artículo publicado por el Diario El Salto,
puso de relieve la investigación llevada a cabo por las periodistas Pascale Müller y Stefania Prandi que había sido publicado por el medio Correctiv.org. y titulado «Violaciones en los campos».
Enseguida que las denuncias fueron presentadas, algunos medios se hicieron eco de las mismas
Y la Audiencia Nacional pidió que se le enviase información a la vista de los indicios de delito que se estaban presentando.
Enseguida aparecieron noticias afirmando que las denuncias eran falsas:
Es muy interesante también leer este otro artículo de investigación de El Español, en el que entrevistan a un buen número de mujeres afectadas y también a vecinos de la zona:
Sin lugar a dudas entre las 125,000 personas que se dice contratar y las denuncias presentadas, hay una buena diferencia y no se debe generalizar con el problema. Hay toda una industria agroalimentaria y exportadora en Huelva, con miles de trabajadores honestos y honrados. Estas familias honradas y trabajadoras que viven del cultivo de la fresa, respetando las leyes, no merecen ser manchados en su nombre y en su prestigio de una manera generalizada.
Pero debemos tener presente también que parece evidente que los abusos se están produciendo.
Hay que escuchar las declaraciones de temporeras que dicen que sus compañeras mienten para conseguir papeles y también escuchar las declaraciones de quienes han denunciado los malos tratos. Es la Justicia quien debe analizar y quien debe decidir.
Ahora bien, para ayudarnos a entender un poco mejor el problema, nada como intentar acercarnos a él de la mano de aquellos que están ayudando legalmente a estas denunciantes: AUSAJ, la Asociación de Usuarios de la Administración de Justicia de quienes hemos hablado en un artículo anterior.
Para ello, nada como entrar a leer los artículos publicados en el medio Punto Crítico, en los que se describen las actuaciones llevadas a cabo. En particular, es de destacar el artículo que hace referencia a la denuncia presentada ante la Guardia Civil y las irregularidades que en esa denuncia se ponen de manifiesto.
Destacamos de una manera especial esta clara irregularidad por parte del Guardia Civil que estaba recogiendo la denuncia:
El artículo de Punto Crítico continúa relatando los malos tratos, tratos crueles, inhumanos y degradantes a que estas mujeres estaban siendo sometidas en el lugar donde las tenían virtualmente encerradas, las amenazas que sufrían y cómo la Guardia Civil rodeaba el lugar para que no se pudieran escapar, mientras les preparaban su salida urgente e intempestuosa en dirección a Marruecos para que no pudieran denunciar los abusos de los que estaban siendo objeto. Más de cien mujeres, de las que en el artículo se presentan copias de sus nombres e identificaciones, querían denunciar. Las subieron en autobuses con toda urgencia y las mandaron de vuelta a Marruecos para que no lo pudieran hacer. Solo unas pocas pudieron escapar.
Este artículo hace también referencia a otro artículo de La mar de Onuba en el que se detalla con más detalle esta información
Es interesante también hacerse una idea de la manipulación a la que los medios de comunicación pueden someter noticias de este tipo. En este sentido, ver también un artículo recientemente publicado por Punto Crítico en el que se ponen de relieve algunas de esas manipulaciones con la información
En él se explica cómo el diario El Mundo en su edición digital, en dos artículos publicados el 13 y el 15 de agosto, publicaba incorrecciones tales como:
- Que la denuncia no había sido planteada por las jornaleras, sino por la Asociación de Usuarios de la Administración de Justicia (AUSAJ).
- Que los asuntos tramitados ante los Juzgados de Palma del Condado se habían producido por denuncia de la Junta de Andalucía, cuando en los dos asuntos seguidos, respectivamente, ante los Juzgados de Instrucción números 1 y 3 de La Palma del Condado ninguna intervención ha tenido la Junta, siendo los mismos incoados como consecuencia de las denuncias formuladas entre los dias 1 y 3 de junio ante la Comandancia de la Guardia Civil por parte de cuatro jornaleras por un lado y, otra jornalera, el SAT y AUSAJ
- Que la “la (denuncia) auspiciada por el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) está abocada al archivo porque las mujeres marroquíes que la interpusieron no han aparecido aún por el juzgado de Moguer que la tramita para ratificar los hechos”, cuando ninguna vinculación existe entre las diez jornaleras denunciantes y los procedimientos que se tramiten en Moguer. Algo reiterado en los dos artículos.
Se le remitieron al medio sendas peticiones de rectificación al amparo de lo prevenido en la Ley Orgánica 2/1984, de 26 de marzo, reguladora del derecho de rectificación. Ninguna de las dos peticiones fue atendida (el medio dispone de tres días para proceder a la rectificación en su caso), por lo que se ha procedido dentro del corto plazo señalado por la Ley a formular las correspondientes demandas en sede judicial.
Invitamos a nuestros lectores a que pinchen en los enlaces y saquen sus propias conclusiones.
Parece ser que, de nuevo, autoridades públicas -en este caso algunos «números» de la Guardia Civil- que se prestaron a encubrir a supuestos delincuentes. Nuevamente un caso de tortura clara. En este caso contra unas mujeres venidas desde Marruecos para trabajar como temporeras en la recolección de la fresa.
Y hacemos la misma reflexión: esto te puede pasar también a tí.
Ahora, como también se dice en el articulo de Punto Crítico, se está a la espera de la decisión que tome la Fiscalía de cara a abrir o no una investigación.